El trabajo decente es mucho más que contar con un empleo, pues significa acceso a derechos fundamentales, la protección social, igualdad de oportunidades y diálogo social, sostuvo la directora regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, Ana Virginia Moreira Gomes.
Además, afirmó, es la clave a fin de garantizar que las personas puedan desarrollar su potencial con dignidad, seguridad y esperanza de futuro. “Por eso, es el núcleo para construir sociedades más inclusivas, resilientes y cohesionadas”, precisó en declaraciones al Diario Oficial El Peruano.
Perspectiva
La funcionaria internacional manifestó que, desde esta perspectiva, el trabajo decente constituye una vía concreta hacia la justicia social, que no es un concepto abstracto, sino una condición esencial para la convivencia pacífica, el desarrollo sostenible y la igualdad.
“Para la Organización Internacional del Trabajo, la justicia social es un principio rector desde su fundación en 1919. Como establece la Declaración de Filadelfia de 1944, que forma parte de la Constitución de la OIT, todos los seres humanos tienen derecho a buscar su bienestar material y su desarrollo en condiciones de libertad, dignidad, seguridad económica e igualdad de oportunidades”, recalcó.
Moreira admitió, sin embargo, que en América Latina y el Caribe, la justicia social aún está lejos de ser una realidad para todos. “Según el último informe Panorama laboral de la OIT, una de cada dos personas trabajadoras está en situación de informalidad, lo que limita su acceso a la protección social y a derechos laborales básicos”, agregó.
A esta situación, refirió, se suma la carga desproporcionada de trabajo de cuidados no remunerado. “Por otro lado, los jóvenes enfrentan tasas de desocupación que duplican el promedio de los adultos, con un impacto aún mayor entre las mujeres jóvenes”, reveló.
Frente a estas desigualdades estructurales, Moreira recordó que la OIT impulsa un nuevo contrato social, “concebido como un pacto colectivo entre gobiernos, empleadores y trabajadores para renovar la confianza en las instituciones, poner a las personas en el centro del desarrollo, promover el trabajo decente y garantizar la justicia social”.
“En este esfuerzo, las Normas Internacionales del Trabajo deben ser la brújula que nos guía. Más allá de principios jurídicos, son estándares universales que orientan el diseño de políticas públicas centradas en las personas, y que permiten avanzar hacia un mundo del trabajo más justo, sostenible y con igualdad de oportunidades para todos”, destacó.
Desafíos
La directora regional de la OIT explicó también que el mundo atraviesa una serie de transformaciones profundas: crisis climática, tensiones geopolíticas, disrupciones tecnológicas, envejecimiento poblacional y desigualdades persistentes. Estos desafíos no conocen fronteras y requieren respuestas integradas, anotó.
“Frente a este escenario global, es más necesario que nunca reafirmar los principios del multilateralismo y fortalecer la cooperación internacional, como pilares para construir soluciones colectivas y sostenibles”, expresó.
Moreira aseguró que la OIT promueve “un modelo de desarrollo centrado en las personas, construido mediante el diálogo social tripartito, que reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores. Pero también impulsa la articulación de esfuerzos más allá de estos actores, promoviendo la colaboración global”.
“Un ejemplo concreto es la Coalición Mundial por la Justicia Social, una iniciativa liderada por la Organización Internacional del Trabajo que busca promover acciones coordinadas para reducir las brechas sociales y laborales en todo el mundo”, recalcó.
La coalición promueve un enfoque común para fortalecer derechos laborales, crear empleos decentes, avanzar hacia una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles, e impulsar la igualdad de género y la inclusión, detalló.
A la fecha, dijo, esta iniciativa cuenta con más de 330 miembros, incluyendo a países como el Perú, que participa tanto desde el gobierno como las organizaciones sindicales y la academia.
“El enfoque multilateral permite compartir experiencias y construir consensos en torno a principios comunes. También contribuye a traducir esos principios en políticas públicas que respondan mejor a las realidades del mundo del trabajo y protejan a quienes están en situación de mayor vulnerabilidad. Es una forma concreta de avanzar hacia un nuevo contrato social global, basado en la justicia social, los derechos humanos y la sostenibilidad”, puntualizó.
Reflexiones conjuntas
Ana Virginia Moreira participa hoy en el Foro internacional para la cohesión social. Hacia un nuevo contrato social ante un contexto global incierto, que se efectúa en Lima.
Espacios como el foro convocado por el Gobierno del Perú son fundamentales para articular visiones, intercambiar aprendizajes y construir consensos, afirmó.
“La justicia social no se alcanza de manera aislada: requiere diálogo, cooperación y compromisos colectivos. Por eso, este tipo de encuentros fortalece la acción conjunta en torno a una agenda compartida de trabajo decente y desarrollo inclusivo”, recalcó.
“Desde la OIT, creemos firmemente que el diálogo social es el mecanismo más eficaz para construir soluciones sostenibles, prevenir conflictos y promover políticas justas. Este foro también prepara el camino hacia hitos regionales claves, como la 20ª Reunión Regional Americana (RRA) de la OIT, que se celebrará en octubre de este año”, informó.
Durante este evento, detalló, representantes de los gobiernos, empleadores y trabajadores de toda América Latina y el Caribe se reunirán para definir prioridades comunes y coordinar respuestas a los grandes desafíos del mundo del trabajo. La RRA será una oportunidad para proyectar la voz de América Latina y el Caribe hacia los debates globales, incluida la futura Cumbre Social Mundial de las Naciones Unidas de noviembre de este año, recalcó.
Fuente: Diario El Peruano