La Junta de Portavoces del Congreso, el pasado 29 de agosto, decidió incorporar en la agenda del Pleno esta iniciativa legislativa, ya aprobada en la Comisión de Trabajo en marzo de este año.
Cabe precisar que en esta nueva legislatura parlamentaria, la primera sesión del Pleno del Congreso se realizó el 31 de agosto.
Este proyecto forma parte de un grupo de 15 iniciativas legislativas que afectarian la jornada laboral y encarecerian el empleo, segun reporto una anterior nota de Gestión publicada hace unas semanas (Gestión 12.07.2023).
El dictamen -que reúne los proyectos de ley N° 1735/2021-CR y N° 2135/2021-CR- dispone que el trabajador tendrá derecho a realizar pausas activas de cinco minutos por cada dos horas de trabajo. “Las pausas activas forman parte de la jornada de trabajo y no son acumulativas”, subraya la iniciativa legislativa.
Agrega que la pausa activa es el breve intervalo durante la jornada laboral, en el cual se realizan actividades distintas a las laborales para reducir la fatiga muscular y visual, prevenir trastornos osteomusculares y reducir el impacto del estrés laboral en el trabajador.
“En el caso de trabajadores que, por la naturaleza de sus actividades, no puedan detener su ejecución, el empleador deberá diseñar un mecanismo equivalente a las pausas activas que, sin hacer peligrar la actividad, permita al trabajador tener los espacios de distensión para mitigar el impacto de los riesgos laborales”, refiere el proyecto de ley.
Asimismo, indica que el empleador implementará un registro de pausas activas en donde se consigne la ejecución de estas con la firma del trabajador. Y el Comité de Seguridad y Salud en el Trabajo o el supervisor, de ser el caso, se encargará de verificar el cumplimiento de esta normativa.
Al respecto, el abogado laboralista Martín Ruggiero refiere que el proyecto resulta innecsario, pues parte de una premisa equivocada. «En su sustento, se dice que la jornada de trabajo es interrumplida pero hay un tiempo de refrigerio por un tiempo no menor de 45 minutos».
De aprobarse el proyecto, la jornada de trabajo se vería reducida. Por ejemplo, en el caso de una jornada de 8 horas diarias, esta tendría tres pausas activas que sumarían 15 minutos. O en caso de una jornada de 9 horas diarias, tendría cuatro pausas activas que sumarían 20 minutos, refirió Ruggerio.
“El disponer la implementación de un registro de pausas activas implica que su aplicación es obligatoria. Si ese registro no está llenado, en una fiscalización la Sunafil podría iniciar un procedimiento sancionador», advirtió.
Por su parte el abogado laboralista Carlos Cadillo, socio en Miranda & Amado, coincidió en que el proyecto de ley dispone que la aplicación de las pausas activas sería obligatoria. “Se crea un derecho para el trabajador y a su vez una obligación para el empleador”, remarcó.
Cadillo advierte que la medida generaría un sobrecosto laboral. «Al disponer que las pausas activas formen parte de la jornada laboral, el pago que hace la empresa será para una jornada que se reducirá en 20 minutos. Con ello, querer mantener la productiviad seria mas costoso», refirió.
Para el especialista, lo mejor seria que cada empleador determine de forma voluntaria la implementación de pausas activas, de acuerdo a las características de cada tipo de trabajo, y con la asesoria de un especialista en la materia.
Fuente: Diario Gestión