SBS traza escenarios. En uno de estrés leve, en el que concurren riesgos como El Niño o el recrudecimiento de la inflación, habría retiros equivalentes a 6% de ahorros en sistema financiero. Aunque supervisor asevera que la banca tiene colchones de capital y provisiones adecuados para afrontar choques.
Los factores de riesgo que podrían afectar las perspectivas de crecimiento económico global y local siguen latentes y crean incertidumbre sobre el impacto que tendrían en los próximos meses.
En esta línea, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) afirma que el sistema financiero mantiene adecuados niveles de solvencia incluso bajo distintos escenarios de estrés posibles, lo que significa que tendría capacidad para cumplir con sus obligaciones.
Sin embargo, en un contexto severamente adverso que involucre una repentina disposición de los depósitos por parte de sus clientes, podría presentar un déficit de liquidez, añade en su último Informe de Estabilidad del Sistema Financiero.
En un escenario eventual de ‘estrés leve’, la salida de flujos estimada equivaldría, en promedio, al 6% del total de depósitos en el sistema, o S/ 24,000 millones, mientras que ante un ‘estrés adverso’ esta cifra ascendería a 12%, o S/ 48,000 millones, dijo María Esther Sánchez, intendente de riesgos de mercado, liquidez e inversiones de la SBS.
En ambos casos, todas las entidades tendrían un colchón de activos líquidos suficiente para hacer frente a los montos de salida, señaló.
Pese a ello, si el escenario analizado es de ‘estrés severamente adverso’, en el que la salida de depósitos simulada equivale, en promedio, al 24% de los depósitos o S/ 96,000 millones, se podría observar un déficit de liquidez de 4.2% de los pasivos del sistema financiero, advirtió.
Según los especialistas, estos retiros de fondos se destinarían a cubrir los eventuales gastos de las familias y empresas en un entorno crisis, en el que su flujo de ingresos corrientes es afectado. Entre los factores de riesgo analizados la SBS incluye al Fenómeno de El Niño, deterioro en la confianza empresarial, aumento de presiones inflacionarias, alza de costos de financiamiento y
resurgimiento de conflictos sociales. Para los casos más severos considera un periodo prolongado de dichos eventos y adiciona factores externos, como una desaceleración de la economía y mayor inflación global o tensiones geopolíticas.
¿A qué se debe la resistencia del sistema financiero?
Los especialistas resaltaron que la resiliencia del sistema financiero responde, específicamente, a una adecuada distribución de activos y pasivos, la diversificación del fondeo (recursos que capta para luego prestarlos) y al colchón de activos líquidos que gestionan las instituciones.
Así, las entidades financieras cuentan con tres líneas de defensa frente a estos escenarios de riesgo, aseguró el Superintendente Adjunto de Banca y Microfinanzas de la SBS, Jorge Mogrovejo.
Primero, están las provisiones voluntarias -adicionales a las requeridas por regulación-, que suman S/ 4,448 millones a setiembre; y luego, una rentabilidad patrimonial (ROE) de 14.4% de las instituciones financieras, que continúa siendo elevada pese a estar por debajo de niveles prepandemia (17.8% en el 2020), detalló.
Además, el sistema financiero registra un índice de capital de 16.2% a setiembre, muy por encima del actual requerimiento mínimo legal de 9%, y tiene un colchón de capital -medido como el superávit de patrimonio efectivo sobre lo requerido por norma- de S/ 37,076 millones para afrontar pérdidas no esperadas, complementó.
¿Qué otras medidas se podría adoptar?
Sánchez, a su vez, comentó que, de experimentarse un shock como el simulado en el escenario severamente adverso, las empresas podrían cubrir las brechas negativas de liquidez recurriendo a sus planes de contingencia de liquidez o accediendo a operaciones de reporte (Repo) de cartera de créditos con el Banco Central de Reserva del Perú
(BCRP).
Las “Repo” se pueden hacer directamente o a través del Programa de Garantía del Gobierno Nacional, que establece medidas excepcionales para que las empresas puedan enfrentar escenarios de gran demanda por liquidez y que seguirá vigente hasta junio del 2024, añadió. Con estas operaciones, la entidad financiera entrega, temporalmente, parte de su cartera de créditos al BCR y a cambio recibe liquidez.
¿Cómo evoluciona la cartera crediticia en el año?
A setiembre, el sistema financiero muestra un menor dinamismo en el crecimiento de la cartera de créditos, comentó Mogrovejo.
El saldo de los créditos -incluyendo programas de Gobierno- asciende a S/ 407,362 millones, de los cuales S/ 9,681 millones (2.4%) corresponden a la cartera de programas gubernamentales y se mantiene un saldo de S/ 8,313 millones (2%) de créditos reprogramados por la Emergencia Sanitaria, precisó.
Asimismo, las empresas han reprogramado créditos por S/ 2,000 millones en el marco de conflictos sociales y S/ 1,600 millones por lluvias torrenciales durante el 2023, agregó.
Por tipo de crédito, detalló que el financiamiento no minorista (para corporaciones, grandes y medianas empresas) se reduce en el contexto de desaceleración económica, conflictos sociales y mayor cautela en las inversiones ante el potencial impacto de El Niño.
En tanto, la entrega de créditos de consumo se desacelera. “La tasa de crecimiento de la cartera de consumo está bajando, los bancos y otras microfinancieras están bajando el ritmo, es lógico en un escenario con señales de enfriamiento. Las entidades son prudentes porque ven un clima en el cual no conviene crecer a tasas a las que crecerían en un escenario que esperaban que fuese mejor”, acotó Mogrovejo.
Fuente: Diario Gestión