El ratio de provisiones de cartera atrasada en el conjunto de cajas municipales se incrementó de 122.8% a 175.2% entre febrero de este año y similar mes del 2020, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS). (Foto: GEC)
Microfinancieras están tomando medidas de precaución unidas a mecanismos de cobranza que se enfocan en conocer más al cliente.
La crisis por la pandemia condujo a las entidades del sistema financiero a tomar acciones que amortigüen un eventual impacto en sus carteras crediticias y, por ende, sus resultados.
Una de estas medidas fue aumentar voluntariamente las provisiones para cubrir potenciales pérdidas por incumplimientos en préstamos vigentes.
Así, el ratio de provisiones de cartera atrasada en el conjunto de cajas municipales se incrementó de 122.8% a 175.2% entre febrero de este año y similar mes del 2020, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
En el caso de las cajas rurales, este indicador creció de 123.03% a 142.39% en el mismo periodo.
“La finalidad de este exceso de provisiones en las cajas y demás entidades es adelantarse a potenciales problemas en los resultados del tercer y cuarto trimestre”, señaló Eduardo Lizarzaburu, profesor de Administración y Finanzas de Esan.
Una provisión es la porción de recursos que la entidad financiera destina por cada crédito colocado, los cuales pueden provenir de aportes de capital o de utilidades retenidas, agregó.
Pese a que muchos relacionan las provisiones con un deterioro de la cartera, mencionó, también se realizan para generar una mayor cobertura a modo de prevención, con el objetivo de proveer una salud financiera de largo plazo.
Empero, esto no significa que potencialmente dicho monto pueda seguir aumentando, impacte en la utilidad y genere pérdidas, expresó.
Por ello, cuando se provisiona más también se busca ser más eficiente en la gestión interna a fin de compensar estas provisiones, por ejemplo, mediante una reducción de costos u optimización de procesos, acotó.
El docente estima que este aumento en las provisiones continuará por lo menos el primer semestre, pero sugiere la búsqueda de esquemas de restructuración por sector, diferenciando los más golpeados de los que siguen laborando, para evitar mayor default en los deudores y pérdidas en las entidades.
Si bien el provisionamiento voluntario es una acción preventiva positiva, es necesario tomar otras previsiones frente a cambios de Gobierno y a una potencial prolongación de la pandemia, añadió.
En tanto, Lizarzaburu mencionó que las instituciones están tomando medidas de precaución unidas a mecanismos de cobranza mucho más efectivos que se enfocan en conocer más al cliente.
En el sector microfinanciero está capacitando y entrenando a sus clientes, les ofrece cultura financiera con la finalidad de evitar impactos en el endeudamiento y poder apoyarlos más, refirió.
“No solo se debe hablar de bancarización sino también de ‘cajarización’ pues las microfinancieras tienen un rol importante en este proceso”, manifestó.
Fuente: Diario Gestión