El desarrollo y los resultados de las investigaciones en salud ocupacional pueden ayudar al Gobierno a mejorar las políticas públicas, planes y programas nacionales, las modalidades de trabajo y exposición a riesgos, y las acciones de prevención tanto en el sector formal como en el informal del ámbito laboral, sostuvo el secretario nacional del Perú de la Comisión Internacional de Salud Ocupacional (ICOH), Norvil Mera Chu.
“En el Perú, el Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Ambiente para la Salud (Censopas) del Instituto Nacional de Salud (INS) se dedica a la investigación, evaluación y prevención de riesgos laborales y ambientales, ofreciendo sus servicios a los trabajadores, empresas y público”, afirmó.
Inversión
En diálogo con el Diario Oficial El Peruano, el experto manifestó que el sector privado, las empresas, también pueden ver los resultados de participar en las investigaciones si optimizan la inversión que hacen cada año en contratar personal de seguridad y salud en el trabajo (SST) solo para cumplir la normativa vigente.
“Sobre la base de la evidencia científica, tendrían la oportunidad de diseñar programas de prevención con objetivos y metas reales que puedan reducir no solo los accidentes y las enfermedades, sino, sobre todo, los costos derivados de estos”, aseveró.
Para Mera, usar la investigación para nuevas metodologías de trabajo, modificación de procesos, controlar la exposición a riesgos, traería como beneficios tener trabajadores más saludables, productivos y más comprometidos con la prevención. “Solo que no son tangibles en el corto plazo”, refirió.
En el tema, el médico no dejó de lado a las universidades, “pues como casas de estudios pueden inculcar el deseo por investigar en sus alumnos tanto de pregrado como de posgrado. Además, están facultadas para diseñar y ejecutar proyectos de investigación en los que se pueda cooperar entre universidades y profesionales que deseen contribuir con mejorar la salud de los trabajadores”.
“De manera general, la investigación permite generar evidencia científica, la cual se puede usar para la toma de decisiones. En salud ocupacional, esto tendría un impacto significativo en mejorar la salud de los trabajadores desde la prevención y con un enfoque global”, subrayó.
En este contexto, Mera expresó la importancia de contar con programas de prevención de riesgos de SST enfocados en el personal, pero basados en niveles de evidencia científica que desde el diseño, ejecución, seguimiento y resultados procuren el más alto grado de bienestar para los trabajadores, y además logren prevenir efectivamente los accidentes y enfermedades de origen laboral.
“En el Perú, la investigación en salud ocupacional tiene un campo muy amplio, en diferentes sectores, en los que los investigadores podrían efectuar algunos trabajos, partiendo desde los estudios transversales que podrían permitir tener una línea basal por sectores y con data estadística nacional”, explicó.
El galeno dijo que, posteriormente, se podrían diseñar estudios para analizar la relación entre una exposición y una consecuencia en salud, como los estudios de casos y controles y cohortes. “Esto es especialmente importante para quienes trabajamos en prevención. No dejaría de lado los reportes y series de casos, que, aunque ocupan un lugar más bajo en la jerarquía, en muchas ocasiones ‘alertan’ sobre la aparición de nuevos daños a la salud, o de síndromes poco comunes y que pueden motivar a diseñar estudios más profundos”, recalcó.
“En salud ocupacional, hemos visto que muchos colegas que realizan la vigilancia médica en las empresas han detectado casos que valdrían la pena reportar, guardando la confidencialidad claro está y cumpliendo los principios de bioética, lo cual ayudaría en la toma de decisiones a otros profesionales de la SST”, señaló.
El experto admitió que los ensayos clínicos son de mayor complejidad porque implicarían diseñar y ejecutar una intervención para después medir resultados. “En SST, y específicamente en medicina ocupacional, esto tendría gran impacto en mejorar la salud de los trabajadores y en generar evidencia suficiente para que posteriormente esa intervención sea parte de un protocolo estandarizado”, resaltó.
Mera mencionó, además, que el Perú cuenta con universidades reconocidas a escala internacional por sus resultados en investigación. “Cuando he tenido oportunidad de compartir con colegas e investigadores de otros países, el camino de muchos presentó similitudes como iniciar su formación con cursos cortos, participar voluntariamente en equipos de investigación en sus universidades, estudiar una maestría, después un doctorado y posdoctorado.
“Pero lo principal y común en todos diría que es, aunque parezca obvio, la motivación, pues todo lo que mencioné, requiere mucho tiempo y dedicación. En el Perú, muchas veces implica hacerlo en paralelo al trabajo, mientras que en otros países hay programas a tiempo completo”, agregó.
Mera sugirió participar en cursos o posgrados o pasantías fuera del país, pues permite conocer y aprender de otros colegas y traer nuevas ideas que pudieran ser aplicables al contexto nacional.
Necesidades
En el Perú, Mera separó por áreas la investigación en la salud ocupacional: cáncer relacionado al trabajo, toxicología, riesgos psicosociales y salud mental del trabajador, la exposición a riesgos y ergonomía enfocada al diseño del puesto de trabajo (concepción y adaptación). Además, dijo, se necesita investigar los trastornos de sueño en trabajadores, las jornadas laborales y el trabajo por turnos, la efectividad de los programas de capacitación en SST (para lograr el verdadero objetivo de una cultura de prevención sostenible), las enfermedades respiratorias (incluida las neumoconiosis) y de piel, y las diferencias en patologías laborales en función de género.
“En forma adicional, orientaría estudios por sectores económicos: minería, construcción, gas y petróleo, agricultura, pesca, etcétera. Un gran reto será el enorme sector informal”, recalcó. Mera añadió el diseño de estudios en poblaciones específicas como los trabajadores inmigrantes, adultos mayores, gestantes y personas con discapacidad.
Fuente: El Peruano.