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Crecimiento y déficit fiscal: Ser o no ser, esa es la cuestión

“Dos opciones difíciles deben ser para el ministro de Economía el elegir entre cumplir con la meta de crecimiento de la economía para este año o cumplir con la regla de déficit fiscal, habiendo prometido ambas”, considera el economista Luis Alberto Arias.

“Ser o no ser” es la primera línea del soliloquio de Hamlet, obra de William Shakespeare, escrita alrededor de 1600. Es una de las citas más famosas de la literatura universal. Hamlet está contemplando el sentido de la vida y la muerte, así como la lucha interna entre el deseo de vivir enfrentando el dolor y las dificultades de la vida o elegir la muerte como una forma de escapar de ese sufrimiento.

En tiempos modernos, el dilema hamletiano se suele referir a cualquier situación en la que una persona se encuentra en un conflicto existencial, debatiendo entre dos opciones difíciles. Y dos opciones difíciles deben ser para el ministro de Economía, José Arista, elegir entre cumplir con la meta de crecimiento de la economía para este año o cumplir con la regla déficit fiscal, habiendo prometido ambas.

Respecto al PBI, la economía ha crecido 2.5% en el primer semestre y el reciente Marco Macroeconómico Multianual proyecta un crecimiento de 3.2% para todo el año. Pero el ministro ha señalado que con una dosis de optimismo debemos de estar entre 3.7% o 4%.

Respecto al déficit fiscal, según cifras que mensualmente publica el Banco Central de Reserva, se ha mantenido en 4% del PBI en los meses de mayo, junio y julio, y todo indica que para agosto se mantendrá alrededor de estos niveles. Este nivel excede largamente la regla del déficit fiscal para este año, que es de 2.8% del PBI y que no olvidemos fue reajustada al alza desde 2% del PBI por el actual ministro.

Ahora bien, resulta que uno de los motores del crecimiento durante el primer semestre ha sido la inversión pública, específicamente la inversión del Gobierno general la cual creció 29% en el primer semestre. Ello impactó positivamente en el 4% de crecimiento que tuvo el sector construcción en el mismo periodo. El otro motor fue el sector pesca y su efecto indirecto en la manufactura no primaria, los cuales crecieron 45% y 8.3% en el primer semestre, respectivamente, debido a que se comparan con un primer semestre del año 2023 en el cual no hubo primera temporada de pesca.

Pues bien, el motor de la pesca perderá fuerza en el segundo semestre porque se comparará con un periodo en el que sí hubo segunda temporada de pesca. Por ello, para el MEF es muy importante mantener encendido el motor de la inversión pública, pero ante la imposibilidad de contraer el gasto corriente (1) y de las dificultades que está teniendo para que la recaudación se recupere (2),
cualquier incremento en la inversión pública se traduce inmediatamente en mayor déficit fiscal.

Entonces el dilema en el que se debate el MEF es alcanzar por lo menos la meta de crecimiento de 3.2% a costa de no cumplir con la regla fiscal del déficit, o cumplir la regla del déficit fiscal ajustando la inversión pública en los meses que restan del año, pero quitándole un motor importante a la economía poniendo en riesgo alcanzar el 3.2% de crecimiento.

Tal vez, para resolver el dilema es que el MEF acaba de aprobar una amnistía tributaria que ha denominado “puente de plata” para los contribuyentes que tienen deudas con el Estado. La amnistía que ha aprobado el MEF permite condonar cualquier deuda que no se haya pagado hasta el 31 de diciembre del 2023, es decir incluye las deudas desde las más antiguas hasta las más nuevas.
Quien decida pagar al contado, acogiéndose a la amnistía tendrá descuentos en los intereses y multas que van desde el 50% hasta el 100%. Así cualquier empresa grande que viene litigando con el Estado por más de 20 años y que su deuda es principalmente intereses por el largo tiempo transcurrido podrá dejar de pagar la mitad de estos intereses y pagar un capital diluido, licuado por el paso de los
años.

Según Ojo Público las deudas tributarias de 100 principales empresas que mantienen controversias fiscales superan los 22 mil millones de soles (aproximadamente 2.1% del PBI). No se conocen cifras oficiales de cuánto es el tributo (capital) y cuántos los intereses y las multas. Si el capital fuera el 20%, el monto potencialmente condonado sería equivalente a 0.8% del PBI, que no es
poca cosa. Si el MEF cobrara la mitad del monto no condonado, serían alrededor de 6 mil seiscientos millones de soles, lo que equivale a 0.6% del PBI. Con dichos ingresos extraordinarios el MEF se acercaría a cumplir con la meta de déficit fiscal y resolvería su dilema. Pero la cosa no es tan sencilla. Las empresas grandes evaluarán si se acogen al “puente de plata” del ministro o siguen litigando, lo cual les da otras ventajas, un puente de oro concedido por fallos del Tribunal Constitucional. Antes de fin de año sabremos cuánto rindió esta apuesta del ministro.

El titular del MEF podría resolver su dilema, pero a un costo muy elevado. Las amnistías no son buenas, el ministro lo sabe, premian al contribuyente incumplido y castigan al que cumplió oportunamente, por ello las amnistías desincentivan el buen comportamiento en el futuro.

La amnistía será además un salvataje por una sola vez, resolverá el problema de este año, pero lo trasladará al del siguiente. Mientras que la recaudación permanente no aumente el problema fiscal, que es de ingresos bajos no estará resuelto. Para ello el crecimiento del PBI ayuda, pero no es suficiente. Se requiere, como lo he señalado tantas veces una reforma tributaria que reduzca
significativamente la evasión tributaria y que racionalice las exoneraciones tributarias, muchas de ellas verdaderos privilegios que no tiene sentido mantener.

Mientras dicha reforma no ocurra el dilema hamletiano para los ministros de economía permanecerá, no será posible cerrar las brechas de infraestructura ni reducir brechas sociales como la desnutrición o la anemia, y con ello contribuir al crecimiento potencial, sin poner en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas. Quienes administren las finanzas públicas en los próximos años se harán siempre la misma pregunta: “Ser o no ser”.

( 1 ): El gasto corriente ha crecido 3.2% en términos reales en el periodo enero-julio. ( 2 ): Los ingresos tributarios han caído 2.3% en términos reales y los ingresos no tributarios lo han hecho en 5.2%.

Fuente : Diario Gestión