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Inversión privada no minera se desploma este año, ¿qué se espera para el 2024?

La inversión no minera habría acumulado un retroceso anual de alrededor de 7.2% hasta setiembre de 2023 y con ello registraría 12 meses consecutivos en territorio negativo, según estimaciones del Instituto Peruano de Economía (IPE).

Teodoro Crisólogo, economista senior del IPE, sostuvo que dicha desaceleración se asemeja a un periodo igual de prolongado observado durante la crisis de la pandemia del 2020.

“Esta persistente caída responde a los efectos de una recuperación muy lenta de la confianza empresarial sobre el rumbo de la economía en el corto plazo, los cuales han sido exacerbados por costos de financiamiento aún elevados y menores utilidades del sector corporativo”, explicó.

Pese a esta contracción, Crisólogo señaló que existen algunos componentes de la inversión privada no residencial y no minera que exhiben una mejor ejecución.

Por ejemplo, las inversiones en concesiones de transporte, como la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJCH), el terminal portuario Muelle Sur del Callao y la línea 2 del metro de Lima, que exhiben un crecimiento real anual acumulado de 19% entre enero y setiembre del 2023, de acuerdo con Organismo Supervisor de la
Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositrán).

Sin embargo, el economista mencionó que estos proyectos representan apenas 1.5% de la inversión no minera, lo cual resulta insuficiente para contrarrestar el retroceso en el resto de sectores.

Sectores más afectados

Con respecto a los sectores más afectados, el representante de IPE afirmó que son aquellos cuyo flujo de ingresos está más vinculado al desempeño de la demanda interna, como es el caso de la industria y las empresas manufactureras.

“Es importante recordar que el impacto más directo de la generalizada falta de inversiones es la menor generación de empleos de calidad, lo cual repercute en el resto de sectores a través de un menor consumo de los hogares”, anotó.

En esa línea, Crisólogo sostuvo que la inversión no minera cerraría el 2023 con un retroceso de 6.1%, la tercera peor caída de las últimas dos décadas, solo superada por lo ocurrido en las
crisis del 2009 y 2020.

Coincidiendo con Crisólogo, Omar Avellaneda, asociado de Inversiones de Prima AFP, indicó que la inversión privada no minera seguirá siendo negativa en lo que resta del año y que su impacto será en la economía de todos los sectores.

“Lo que estamos viendo para la inversión no minera para este año va muy en línea con lo que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) está esperando (-3.7%). Aunque, nosotros creemos que incluso podría llegar a -6%”, remarcó.

Lo que se espera para el 2024

Para el 2024, Avellaneda refirió que la inversión privada no minera debería ser mejor y tener un crecimiento de aproximadamente 3%. Entre los indicadores para este impulso, el especialista de Prima AFP manifestó que será una mejora en la inversión pública, que todavía no se está adaptando por los retrasos, la que gatille en parte.

“También se espera una mejora en la productividad empresarial y que la inflación llegue al rango meta (entre 1% y 3%). Otro tema que debería ayudar es que, como el BCRP está bajando la tasa de interés de referencia, se debería reflejar en la actividad económica”, acotó.

Desde IPE también proyectaron que habrá una recuperación de la inversión no minera en el 2024 con un crecimiento -menos optimista- de 0.9%, que estaría impulsada por entorno de menores costos de financiamiento y balances favorables del sector corporativo.

Teodoro Crisólogo detalló que este mayor dinamismo sería más notorio a partir de la segunda mitad del 2024. No obstante, el economista comentó que hay riesgo por el fenómeno El Niño durante el verano del próximo año.

“En efecto, un escenario de anomalías climáticas extremas en el inicio del 2024 podría limitar la recuperación de la confianza empresarial, retrasar el comienzo de nuevos proyectos de inversión y por lo tanto derivar en un crecimiento de la inversión por debajo de lo que estamos anticipando”, precisó.

Agregó que un estancamiento de la inversión privada se traduce en una menor acumulación de capital físico y también en una limitada mejora de la capacidad productiva del país.

“En un escenario de falta de inversiones de gran envergadura, el crecimiento del PBI potencial del país estará cada vez más cerca del 2%, cifra inferior que representa casi la tercera parte del ritmo que alcanzó el Perú a fines de la década de los 2000″, aseveró.

Recuperación de la confianza

Crisólogo recomendó al Gobierno preocuparse por la recuperación de la confianza del sector privado. “Debe dar señales concretas sobre las soluciones que está implementando para revertir la problemática que estructuralmente frena a la ejecución de proyectos de inversión en el país”, subrayó.

Puntualizó que, si bien a lo largo del 2023 se vienen registrando mejores cifras de adjudicación de proyectos bajo Asociaciones Público-Privadas (APP), en el pasado estas inversiones se entramparon por la ausencia de cronogramas concretos de ejecución, existencia de múltiples interferencias, demoras en adquisición de predios, la falta de modelos de gestión integral de proyectos durante todo su ciclo de vida, entre otros.

 

Fuente : Diario Gestión